La Puerta de Alfonso VI es la entrada a Toledo por el Arrabal de Santiago el Mayor en la que vemos las distintas épocas que han pasado por su construcción. Se conserva la estructura original resguardada por dos torres adelantadas de estilo califal. Destaca el arco de herradura rodeado de alfiz atravesado por un dintel y en su clave se muestra un relieve visigodo todo ello rematado con tres arcos de ladrillo y ventanas de la parte superior.
La Puerta de Bisagra en la que hay que destacar su espléndido patio de armas donde se erige la estatua de Carlos I de España y V de Alemania. Sus puertas de madera están revestidas de chapa a modo defensivo. Además, destaca, el escudo del Emperador, el escudo heráldico de la Ciudad de la Ciudad de Toledo y la estatua del Ángel custodio en el frontón de la puerta exterior.
La Puerta del Vado que volvió a la luz en el año 2002 y que es una de las maravillas escondida en el subsuelo toledano. Cuando se construyó, final del Siglo XI, el río Tajo era mucho más ancho y menos profundo que en la actualidad y, por lo tanto, durante una parte del año se podía ser cruzado a pié (vadeado).